Pongamos el caso de Oneida Pinto, ¿para qué preocuparse de su mala imagen en Bogotá si su departamento es otro país y pueden verla distinta?

Las elecciones se juegan en un municipio adicional, que es Bogotá, no solo por los medios de comunicación sino porque concentra gran cantidad de decisiones electorales, el Consejo Nacional Electoral, organismos de control, es el centro de poder, empezando porque la primera batalla aquí es conseguir el aval. Oneida es cliente nuestra y lo que hemos tratado es mostrar en Bogotá su otra cara. Mes y medio antes de aparecer en escena le hicimos una radiografía de los problemas que afrontaría, cómo la iban a rotular con unos temas específicos, cómo sus votos fueron buenos para elegir y reelegir a Santos pero malos cuando se trata de escogerla a ella de gobernante. La preparamos para administrar esa crisis.

¿Los políticos están entendiendo lo que se juegan aquí?
Lo están viviendo. Nosotros cogemos a una empresa, a un individuo, y le hacemos el análisis del entorno de poder para que conozca que cada elemento juega en un proceso de riesgo mediático y desemboca en los otros riesgos. Cada vez está más claro que la Fiscalía, la Procuraduría actúan al vaivén de la opinión, que los procesos son mediáticos y se ganan más en la baranda de los medios, de las estrategias, que en las judiciales.

La próxima campaña será costosa y corrupta. En Córdoba, por ejemplo, hay dos grupos con una capacidad económica fabulosa que se disputan la Gobernación…
A mí me gustaría más bien que miráramos cuál va a ser el comportamiento de las campañas políticas en Bogotá, cuál es la puja real de poder que se está viviendo con unos grupos mucho más potentes y una cantidad de dinero proporcional a lo que es el erario en la capital de la República versus lo que puede ser en Córdoba.

¿Hay más voto de opinión en Bogotá que en otras partes donde proliferan las compras de voluntades?
Eso ha ido cambiando. El voto de opinión, principalmente en las capitales de departamento, va a jugar un papel importantísimo. Decimos que Bogotá solo elige el voto de opinión y que no existe un aceite de carácter económico. Lo que no se ven son investigaciones de los medios bogotanos de cómo se manejan las maquinarias aquí.

¿Y les enseñan las coimas que deben pagar?
Existe la corrupción en todo el país y el sofisma de que solo es de provincia está amparada por una visión bogocentrista. Estamos queriendo hacer un trabajo de doble vía porque quien está en procura del poder regional no conoce los intríngulis del poder central pero al revés ocurre lo mismo. Si no, nunca saldremos del centrismo que se quiere tragar a las regiones y de la visión regional de que Bogotá se lo come todo y no les da nada.

¿Cómo valoraría lo que hizo Carlos Fernando Galán con su clienta Oneida Pinto?
Creo que está haciendo un juego político y de marketing que tiene que ver con la búsqueda de un espacio propio. A él todo el mundo lo ha visto como el hijo de…, el que Germán Vargas Lleras ha puesto, y creo que era el momento de que se destetara y lo está consiguiendo con golpes de opinión como ese. Parece cliente nuestro, le hubiéramos aconsejado lo mismo.

¿Será la paz el eje de campaña?
Ya lo medimos y hay dos realidades. En Bogotá piensan en las elecciones como la repartija de fichas regionales de los que están a favor y en contra del proceso. Y en la Costa Caribe, que es donde está concentrado nuestro mayor número de clientes, el tema primordial es el de la seguridad ciudadana.